domingo, 5 de abril de 2015

PROBLEMAS DE GÉNERO E IDENTIDAD SEXUAL EN LA CABALLERÍA ANDANTE

A estas alturas del siglo XXI todos hemos aprendido que hay que ser “políticamente correcto”.  Una de sus expresiones más visibles en la cultura popular es la paulatina desaparición del perfil del héroe como “varón blanco anglosajón y heterosexual” exclusivamente. Hace ya tiempo que las mujeres y las minorías (?) étnicas exigen tener la presencia que les corresponde. Y, desde luego, todo lo relativo a cuestiones de género y de identidad sexual no se ha quedado fuera de esta reclamación de visibilidad.
A esto hay que añadir que todas las formas de entretenimiento mínimamente industriales  intentan captar un  público global y no están dispuesta a dejar que nadie se escape. Aquellos guetos culturales tradicionalmente juveniles y masculinos, como lo fueron los videojuegos y los tebeos, ya no son ni guetos, ni juveniles,  ni masculinos. Los grandes productores de entretenimiento no quieren ignorar las lógicas demandas de normalización de todos estos colectivos. Así la mismísima editorial Marvel se ha lanzado a un aggiornamento de su plantel súper heroico. La búsqueda de ese público total ( incluido el público femenino, hasta no hace tanto ajeno al mundo de los tebeos) está, también, en el origen de estos intentos  de complacer a todas las “minorías” y públicos imaginables  : han introducido personajes homosexuales; el Capitán América será afroamericano, como el Coronel Furia ya lo es en las películas; y Thor, desde ahora mismo, no es que cambie de sexo y de género, es que es una mujer, y todo lo que creíamos saber de él pasa a la categoría de “sueño de Antonio Resines”.  Se diría que Marvel quiere competir por el público de Modern Family. En esta línea de re-escritura correctora se hace necesario que aparezca  ya un superhéroe discapacitado, o de la tercera edad o con síndrome de Down.
  Pero todo esto es una digresión que me aleja de mi tema. Y es que, relacionado de no sé qué modo con esto de las identidades sexuales y las cuestiones de género, he recordado la estupenda serie de Mike Barr dibujada por Brian Bolland “CAMELOT 3000” (1982-1985). En ella hacían una revisión futurista del mito artúrico,  y ofrecían una solución “fin de siglo XX” a un “problemilla” de ese cariz con muchos y sorprendentes paralelismos al que ya planteó Ludovico Ariosto en su “Orlando Furioso” en el siglo XVI, también en un ambiente de caballeros andantes. Como veréis hay de todo: caballeros andantes,  lealtades, traiciones, encantamientos, travestismo, transgénero, problemas al asumir papeles de género, transexualidad y lesbianismo.


En un episodio del "Orlando..." vemos como Bradamte, una mujer guerrera, una auténtica "caballera" andante, se ve confundida con un hombre en una equívoca situación que termina resultando demasiado "queer" para ella. Nos lo cuenta su hermano mellizo Ricardeto, que resultará ser un espabilado de cuidado. 

Quizá se trate de una hermana mía,
Que ciñe espada y viste de armadura:
Somos mellizos y a tal punto símiles,
Que ni nuestra familia nos distingue.

 Sucedió, pues, un día que mi hermana,
cuando cruzaba los vecinos bosques
sin yelmo, fue atacada por un grupo
de sarracenos, y se vio obligada
a cortarse la larga cabellera
para sanar de una muy fea herida
que había recibido en la cabeza,
y rapada, vagó por la floresta.
   Llegó vagando hasta un fuente umbría;
sintiéndose cansada y afligida,
desmontó del corcel, se quitó el yelmo
y se durmió sobre la blanda hierba.
Fiordespina de España pasó entonces,
mientras iba de caza por el bosque.
    Cuando a mi hermana vio, toda cubierta,
excepto la cabeza, de armadura,
 y con espada, en vez de llevar rueca,
la creyó sin dudarlo un caballero.
Le rindió el corazón estar mirando
tan bello rostro y tan viril figura. 
  
    Ya lejos de los otros, la conduce
a un lugar donde nadie los moleste,
y con pausados gestos y palabras
 le descubre la herida de su pecho.
 Con ardientes miradas y suspiros
 dice el ansia que el alma le consume.
 Ora encendida o  pálida, al fin osa
arrebatarle un beso de la boca.
   Mi hermana, que entendió que aquella dama
se había equivocado, no podía
ayudarle  en su cuita, y se vio inmersa
en una situación embarazosa.
Mejor será (pensaba) que deshaga
esta equivocación que me concierne:
 mostrarme quiero cual mujer amable,
y no cual hombre vil y miserable”.
 Con sabias y benévolas maneras,      
mi hermana explicó al fin que era doncella;
 Pero esto no apagó ni una centella    
del fuego de la dama enamorada.
No por esto creyó menos hermosos     
su rostro, su mirada y su figura,               
ni recobró su corazón, que andaba
perdido ya en los ojos de la amada.    
Al verla en traje varonil, espera       
que el deseo no acabe consumiéndola, 
y cuando piensa que es mujer, suspira,
gime y llora con lástima infinita.

Se lamenta Fiordespina:

Las hembras, ni entre humanos ni entre fieras 
se gustan: la mujer no gusta a otras;
ninguna oveja a las ovejas ama;
ninguna cierva por las cierva brama”. 

Sigue Ricardeto:

Así llora y se afana y se  consume 
la bella dama sin hallar sosiego. 
Se golpea y se mesa los cabellos.
Intentando vengarse de sí misma. 
Mi hermana, conmovida, llora y llora.
De tan gran aflicción compadecida.
Intenta disuadirla de su insano 
deseo pero todo esfuerzo es vano.

No obstante, Fiordespina invita a Bradamante a su palacio.

Fiordespina atendió con gran cariño 
a mi hermana y mandó que ataviaran 
con ropa femenil, de tal manera  
que todos por mujer la conocieran.
Aunque durmieron en el mismo lecho,
fueron muy diferentes sus reposos: 
una duerme y la otra gime y llora,
sintiendo más ardiente su deseo.                                     
Y si el sueño tal vez cierra sus ojos,  
es sueño lleno de imaginaciones, 
y cree ver que le concede el cielo 
modificarle a Bradamante el sexo.

Despierta y tiende al despertar la mano,
y al fin advierte que su  sueño es vano
¡Cuántas plegarias, cuántos ruegos hizo
a su Mahoma y a los dioses todos 
para que con milagro manifiesto
transformasen el sexo de su amada! 
Grabado de Doré para este episodio del "Orlando Furioso". Aquí están Fiordespina y Bradamante despertándose.




Mi hermana cabalgó velozmente,    
que a Montalbán llegó en el mismo día.
Y de principio a fin nos contó toda    
su peripecia, tal como yo lo he hecho.





Ridardeto planea su varonil jugada.

Con mi esperanza urde sus nudos   
(porque con otros no podría),    
me hace suyo y me muestra la manera
de obtener de la dama lo que quiero.   
 Resultará muy fácil el engaño,   
pues si todos solían confundirnos   
a mi hermana y a mí,de igual manera  
se podrá confundir esta doncella.

Acude Fiordespina y me recibe   
con grandes alegrías y atenciones,   
 y tal felicidad en la mirada,   
que era imposible verla más ufana.  
   Se me colgó del cuello y dulcemente    
 con fuerte abrazo me besó en la boca.   
Imagínate el modo en que la flecha    
de Amor se me clavó en mitad del pecho.

Como Fiordespina cree que sigue siendo Bradamante lo viste con galas de mujer y pasea con “ella”. Y a Ricardeto le hubieran salido novios.

 Y me reí mucho de los que, ignorando
 lo brioso y gallardo que tenía     
debajo de las faldas escondido,   
se insinuaban con mirar lascivo.

…la dama no esperó a que le contase    
 la razón por que había regresado ,    
 y me invitó, con toda gentileza,  
 a su aposento y a yacer con ella.





Aparece el tema del hechizo que puede cambiarte el sexo. Ricardeto le cuenta por qué ha vuelto: resulta que por el camino rescató a una dama de un fauno que la amenazaba. Y la dama resultó ser una maga.

Dijo: “Tu ayuda no habrá sido en vano,    
porque con creces vas a ser premiado.   
Pídeme lo que quieras, que soy ninfa     
y habito en estas aguas cristalinas; 
puedo obrar maravillas; forzar puedo 
a la natura y a sus elementos”.
 Apenas hube expuesto mi demanda,    
se sumergió de nuevo sin decirme   
ya nada más: su única respuesta   
fue salpicarme con el agua mágica.   
Al mojarme la cara, no sé cómo,      
quedé completamente transformada.   
Miro y toco, y apenas me lo creo:  
era mujer y  ya varón me veo!






La superchería de Ricardeto funciona perfectamente. Fiordespina está encantada con el cambio y él se lo pasa bomba, que es todo lo que pretendía.
Y el poeta remata con  la clásica metáfora bélica….

 No sonaron tambores ni trompetas   
dando principio al amoroso asalto,   
 sino besos y arrullos de palomas   
que urgían al embate o al descanso.  
 No disparamos hondas ni saetas.   
Yo asalté aquella roca sin escalas,     
mi estandarte planté de una embestida 
y logré doblegar a mi enemiga.



El final que da Ariosto a este romance es bien distinto del que nos ofrecen Barr y Bolland. Supongo que era mucho pedir a un poeta cortesano del siglo XVI una solución tan del sigo XX como la de "CAMELOT 3000", por muy socarrón que fuese. De hecho no es imposible que lo hubiese imaginado. En el libro hay más episodios repletos de equívocos sexuales. Aún así el final de Ariosto es bastante cínico y deja muy en entredicho la "nobleza" del varón, que en este episodio proclama a las claras que  va a lo que va, en contraste con su hermana, verdadera poseedora de los ideales caballerescos en todo el libro. 










































































Después de haber escrito esta  entrada, he descubierto un curioso romance titulado EL CASAMIENTO ENTRE DOS DAMAS. Romance en que se refieren los sucesos de una Señora natural de la ciudad de Viena, corte del Imperio, y la varia fortuna que tuvo, habiéndose salido de su patria en busca de un amante suyo. Impreso en Madrid, en la imprenta y librería de Andrés de Sotos, 1775.
Lo he encontrado en el libro “AL MARGEN DE LA LEY. Atroces, bandidas, adulteras y un casamiento entre damas. Pliegos de cordel”. Editado por dirección única, 2018
Propone una nueva variación al tema del romance lésbico. Es la historia de Doña Gertrudis, que, abandonada por su amante, se va de casa a buscarle vestida de caballero, haciéndose llamar Don Carlos. De esta guisa llega a conocer a una Princesa que se enamora perdidamente de Don Carlos. Por motivos variados, para evitar que la descubran, don Carlos acaba aceptando casarse con la princesa. Y en la misma noche de bodas le tiene que confesar la verdad:
La Princesa, que aguardaba / gozar los tiernos alhagos,
y delicias del amor, / le dice: ”¿A qué aguardas, Carlos?
¿No te vienes a acostar? / ¿qué mal suceso has logrado
en ser mi querido esposo? / Si no merezco tus brazos,
la culpa no tengo yo / de eso, mi querido Carlos,
¿Por qué te afliges, mi bien?” / Le respondió suspirando:
”Señora, advierte y repara / lo fúnebre de este caso.
Yo soy mujer como veis, / que mi rigoroso astro
á este punto me ha traído.
   
Aquí Carlos/Gertrudis le cuanta su historia y se sincera con la princesa, que resultará ser una mujer muy desprejuiciada:
      
…y pues su alteza me estima, / hágase el mismo reparo;
que si me descubro, soy / perdida, y así le encargo
dé forma de que me ausente.” / La Princesa así le ha hablado:
‘‘Pues mira querida mía, / lo que me has participado
será algún grande misterio, / y con sigilo y recato
haremos vida gustosa, / que es tanto lo que te amo
que teniéndote a mi vista, / no quiero mayor  descanso.”
          
El problema es que las princesas están ahí para producir descendientes, y en su entorno empiezan las suspicacias:
 ..……..
Con el nombre de su esposo / hasta dos años pasaron;
Y viendo todo el concurso, / y número de vasallos
que pasado dicho tiempo / y no se ven coronados
con el sucesor que aguardan;  / ni que tampoco a don Carlos
bozo, ni barba salía, / se hacen discursos varios.
         …………………..
En fin, por no ser molesto, / otros dos años pasaron.
 En este tiempo en la corte, albergan dudas sobre la masculinidad del esposo de su princesa, y no dejan de provocar situaciones que  obliguen a Don Carlos a desnudarse. Llega un momento en que decide que tiene que huir porque ya no sabe como escabullirse y ve que le van a descubrir.

         ………………..
Aquí fueron los quebrantos, / Y las duplicadas penas,
como los copiosos llantos, / Que hacen los dos amantes,
en ver que será llegado / El plazo de sus desdichas
y la ausencia de su Carlos.
            ………..
¡Oh qué dolor causaría! / ¡qué penas y qué quebrantos!
¡qué lágrimas tan copiosas / Y qué tan tiernos alhagos!
¡qué suspiros, qué sollozos! / ¡y qué tan dulces abrazos!
¡qué cariñosas palabras / entre las dos han pasado!
                               
Como se ve la despedida es la de dos amantes. La relación lésbica está claramente establecida y es sólo por miedo a los prejuicios sociales por lo que deciden separarse. Pero no se alarmen. Nuestro Señor no permitirá que un amor tan sincero se rompa. Cuando Carlos /Gertrudis ha escapado del palacio y ya va por el campo ocurre el milagro:

Pero Dios, compadecido / de su riesgo y su quebranto,
quiso remediar su pena / con un portento muy raro.
Fue el caso, que andando el monte / á distancia de cien pasos
ha divisado Gertrudis / un unicornio, que osado
hacia donde está se viene; / y confusa en este caso,
sin saber buscar refugio  / se arrimó á un próximo árbol.
Llegó el feroz animal, / de un golpe le ha derribado:
cayó de espaldas Gertrudis, / y en su vientre le ha formado
una muy perfecta cruz,  / y del monte se ha ausentado.
Vuelta en sí se levantó; / y admirada del fracaso,
se reparó, y vido que  /  en varón se ha transformado.

El ahora sí don Carlos vuelve corriendo a casa de su amada exhibiéndose ante todos, ahora que puede. La Princesa que lo ve volver está extrañadísima, claro, hasta que hablan:

No obstante la gran Princesa  / quiere salir de este encanto.
a Carlos aparte llama; / y contándole este encanto
del unicornio, al Señor / rinden debidos aplausos,
dan debidas alabanzas,  / en altas voces cantando 
sus grandes misericordias, / y  sus juicios tan altos.
                               …………….
Pasados algunos meses  / el cielo los ha dotado
en darles un sucesor, /  para su gusto y descanso.



Es decir, nos propone el final que ya hubiera querido la princesa Fiordespina, para la que no existió ningún hechizo salvador.

En la historia de M. Barr el Rey Arturo y sus caballeros se reencarnan en un futuro terrible en que la tierra está en peligro. Sólo ellos pueden salvarla. El único fallo es que Tristán se reencarna en el cuerpo de una mujer. Cuando el mensajero de Arturo "lo" encuentra y "él" se re-conoce, lo primero que hace es cortarse el pelo con muy buen pulso.

Así se presenta ante Arturo, asumiendo su nuevo sexo pero considerándose tan guerrero como siempre. E insistiendo en que ella es SIR Tristan.

El problema surgirá cuando se encuentre con que su amada Isolda sí se ha reencarnado correctamente en una mujer. Es evidente que se siguen queriendo, pero le asaltan los mismos escrúpulos que a Bradamante y a Fiordespina.









Pero la maga Morgana ofrece a Tristan  la posibilidad de cambiar de sexo mediante un hechizo, si traiciona a Arturo. Él se resiste. No quiere seguir en un cuerpo de mujer, pero un caballero no puede traicionar a su Rey.
Pero acabará cediendo "por amor a Isolda". Morgana le entrega un talismán que obrará el milagro a su debido tiempo. 












Pero el talismán que obraría el milagro acaba destrozado y Tristán se 
desespera.

Al final Tristan tiene que asumir su nuevo "género" y  que sigue enamorado/a de Isolda, que, todo hay que decirlo, en ningún momento vio ningún problema en la nueva condición de su amado. Así que rechaza al pretendiente que le había salido y...



...con esta gloriosa apoteosis lésbica, que Ariosto no se atrevió a proponer, remata la parte más memorable de un tebeo, por lo demás, muy entretenido.

Perdonad que haya mezclado imágenes en inglés y español. Por desgracia no disponía de todo el material en español.