UN PRECURSOR DE LA HISTORIETA EN EL VIRREINATO DEL PERÚ:
FELIPE GUAMAN POMA DE AYALA.
Los aficionados a los tebeos sabemos bien que a lo largo de
los siglos XVIII y, más aún, XIX se pueden encontrar numerosos autores cuya
obra que se pueden considerar, de un modo u otro, protocómic. A nadie le son desconocidos los nombres de
Wilhelm Busch, RodolpheToppfer, William Hogarth o James Gillray.
Sin embargo es menos conocida, en este aspecto, la “Nueva
Crónica y Buen Gobierno”, obra escrita y
dibujada por Felipe Guaman Poma de Ayala entre 1610 y 1615.
Entre los historiadores “en general” es bien conocida como
una de las crónicas de indias más interesantes por cuanto está compuesta por un
inca puro, descendiente de nobles incas, pero educado entre españoles, que hablaba
español, quechua y latín, y que da una visión de la conquista española desde un
punto de vista muy poco usual en la época. Además, buena parte de su
popularidad actual se debe a los numerosísimos dibujos con que acompañó su
texto, en los que incluyó frases en quechua.
Poma de Ayala. |
Es a estas ilustraciones a las que los historiadores “ del
cómic” no han prestado, en mi opinión, suficiente atención. En cuanto se ojea
el libro queda claro que Poma de Ayala no consideraba que las ilustraciones fueran
simplemente una decoración para el texto.
Una sociedad compleja, muy jerarquizada y con una poderosa y
eficaz burocracia como era el imperio del Inca, el Tahuantinsuyu, había
desarrollado unos métodos de registro de la información muy distintos de los
europeos. Utilizaban un complicado sistema de pictogramas que según se combinasen variaban su significado.
En esta página explican cómo funcionaba.
La familia de Poma de Ayala pertenecía a esa casta noble/burócrata especializada en “escribir” esos registros. Por lo tanto Poma de Ayala conocería bien ese sistema
pictográfico de escritura y entendería que la imagen es un sistema de
comunicación tan eficaz como la escritura europea, que también conocía. Combinar texto e imagen para crear una indisociable
unidad significante tuvo que ser para él algo natural. Y entiéndanme: afirmar que Guaman Poma de
Ayala es un precursor del cómic es
mucho afirmar. Será más prudente decir
que inventó recursos gráficos para sus ilustraciones que, siglos después, se
han convertido en habituales en los tebeos.
No pretendo crear una
nueva definición de lo que es el cómic, pero creo que sí podemos establecer que
uno de sus logros fundamentales es haber desarrollado un lenguaje gráfico que
integra en una imagen fija la representación “analógica” de lo visible y, además, dos cosas invisibles: el tiempo y
el sonido.
La representación gráfica del sonido, de la que al
parecer carecía su lengua natal, el quechua, se la proporciona el sistema de
escritura europeo, la escritura fonética. Este sistema fonético lo aplica a la
hora de escribir (o transcribir) el quechua.
Lo que resulta novedoso es que lo hace con toda
naturalidad, sin recurrir a las
alambicadas filacterias, que era el recurso clásico en la pintura de los siglos
anteriores para dar visibilidad las
palabras pronunciadas por un personaje de la imagen.
Pedro Berruguete, Anunciación, 1485. |
Y llega hasta incluir
diálogos entre varios personajes, cosa realmente novedosa en ese momento, y que
implica que ha logrado comprimir un lapso de tiempo en una imagen fija. Si en
una imagen están representados un personaje que habla y otro que responde,
estamos ante dos momentos temporales no simultáneos en una única imagen.
Estamos ante un relato, no ante una ilustración. Esto es narración gráfica.
Es verdad que representar en un cuadro distintos momentos de
una acción tampoco era nuevo. Como no lo
era ilustrar una historia con una sucesión de imágenes que ilustren distintos
momentos de la acción.
Pero no me negaréis que todo lo dicho, añadido a un estilo
de dibujo muy gráfico, de blanco y negro sin grises, y tan fuertemente expresivo en
lo referente a los gestos y actitudes de los personajes, hacen de estas ilustraciones auténticas
viñetas de una historieta.
Yo he manejado fundamentalmente la edición en tres tomos de “Historia
16”, Madrid, 1987. Lamentablemente me falta uno de los tomos, así que lo demás
lo busqué en Internet, como es costumbre. El manuscrito original está dirigido
al rey Felipe III de España, pero, a
saber por qué, ahora lo conserva la Biblioteca Real de Dinamarca, en Copenhague.
En este enlace podéis ver el libro completo.
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