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lunes, 25 de marzo de 2013

UN PRECURSOR DE LA HISTORIETA EN EL VIRREINATO DEL PERÚ: FELIPE GUAMAN POMA DE AYALA.


UN PRECURSOR DE LA HISTORIETA EN EL VIRREINATO DEL PERÚ: FELIPE GUAMAN POMA DE AYALA.

      Los aficionados a los tebeos sabemos bien que a lo largo de los siglos XVIII y, más aún, XIX se pueden encontrar numerosos autores cuya obra que se pueden considerar, de un modo u otro, protocómic.  A nadie le son desconocidos los nombres de Wilhelm Busch, RodolpheToppfer, William Hogarth o James Gillray. 
     Sin embargo es menos conocida, en este aspecto, la “Nueva Crónica y Buen Gobierno”, obra  escrita y dibujada por Felipe Guaman Poma de Ayala entre 1610 y 1615.
Entre los historiadores “en general” es bien conocida como una de las crónicas de indias más interesantes por cuanto está compuesta por un inca puro, descendiente de nobles incas, pero educado entre españoles, que hablaba español, quechua y latín, y que da una visión de la conquista española desde un punto de vista muy poco usual en la época. Además, buena parte de su popularidad actual se debe a los numerosísimos dibujos con que acompañó su texto, en los que incluyó frases en quechua.
Poma de Ayala.


        Es a estas ilustraciones a las que los historiadores “ del cómic” no han prestado, en mi opinión, suficiente atención. En cuanto se ojea el libro queda claro que Poma de Ayala no consideraba que las ilustraciones fueran simplemente una decoración para el texto.
Una sociedad compleja, muy jerarquizada y con una poderosa y eficaz burocracia como era el imperio del Inca, el Tahuantinsuyu, había desarrollado unos métodos de registro de la información muy distintos de los europeos. Utilizaban un complicado sistema de pictogramas que según se  combinasen variaban su significado.
      En esta página explican cómo funcionaba.

        La familia de Poma de Ayala pertenecía a esa casta noble/burócrata  especializada en “escribir”  esos registros. Por lo tanto  Poma de Ayala conocería bien ese sistema pictográfico de escritura y entendería que la imagen es un sistema de comunicación tan eficaz como la escritura europea, que también conocía.  Combinar texto e imagen para crear una indisociable unidad significante tuvo que ser para él algo natural.  Y entiéndanme: afirmar que Guaman Poma de Ayala es un precursor del cómic es mucho afirmar.  Será más prudente decir que inventó recursos gráficos para sus ilustraciones que, siglos después, se han convertido en habituales en los tebeos.
         No pretendo crear una nueva definición de lo que es el cómic, pero creo que sí podemos establecer que uno de sus logros fundamentales es haber desarrollado un lenguaje gráfico que integra en una imagen fija la representación “analógica” de lo visible  y, además, dos cosas invisibles: el tiempo y el sonido.
      La representación gráfica del sonido, de la que al parecer carecía su lengua natal, el quechua, se la proporciona el sistema de escritura europeo, la escritura fonética. Este sistema fonético lo aplica a la hora de escribir (o transcribir) el quechua.  Lo que resulta novedoso es que lo hace  con toda naturalidad, sin recurrir a las alambicadas filacterias, que era el recurso clásico en la pintura de los siglos anteriores para dar visibilidad  las palabras pronunciadas por un personaje de la imagen.

Pedro Berruguete, Anunciación, 1485.

       Y llega hasta incluir diálogos entre varios personajes, cosa realmente novedosa en ese momento, y que implica que ha logrado comprimir un lapso de tiempo en una imagen fija. Si en una imagen están representados un personaje que habla y otro que responde, estamos ante dos momentos temporales no simultáneos en una única imagen. Estamos ante un relato, no ante una ilustración. Esto es narración gráfica.





      Es verdad que representar en un cuadro distintos momentos de una acción tampoco era nuevo.  Como no lo era ilustrar una historia con una sucesión de imágenes que ilustren distintos momentos de la acción.
    Pero no me negaréis que todo lo dicho, añadido a un estilo de dibujo muy gráfico, de blanco y negro sin grises, y tan fuertemente expresivo en lo referente a los gestos y actitudes de los personajes, hacen de estas ilustraciones auténticas viñetas de una historieta.





     Yo he manejado fundamentalmente la edición en tres tomos de “Historia 16”, Madrid, 1987. Lamentablemente me falta uno de los tomos, así que lo demás lo busqué en Internet, como es costumbre. El manuscrito original está dirigido al rey Felipe III  de España, pero, a saber por qué, ahora lo conserva la Biblioteca Real de Dinamarca, en Copenhague. En este enlace podéis ver el libro completo.


  

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