Como no se pudo hacer "la película", tuvimos que hacer una fotonovela. Por no sé bien qué motivo esta se quedó fuera del recopilatorio "HASTA AQUÍ PODÍAMOS LLEGAR". Aquí la tenéis.
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jueves, 19 de septiembre de 2024
martes, 3 de enero de 2023
CONAN EL BÁRBARO COMO ARQUETIPO ICONOGRÁFICO DEL INDIGENISMO
Desde poco después de su nacimiento tras lograr la independencia de España a principios del siglo XIX, en las nuevas repúblicas hispano-americanas se fueron levantando estatuas de los grandes personajes de su historia. Por supuesto de los Libertadores (Bolívar, San Martín, Sucre, O´Higgins…). También de los conquistadores españoles, (Colón, Cortés, Valdivia, Pizarro, Jiménez de Quesada…) que, al fin y al cabo, eran los directos artífices de su realidad cultural, lingüística, religiosa y territorial, además de fundadores de muchas de la ciudades de esos países .
Nada nuevo. En lo que hoy es España, tierra tantas veces conquistada y reconquistada por tantas civilizaciones, tenemos estatuas de los héroes de nuestros “pueblos originarios” que lucharon contra a Roma, como Viriato, Indibil y Mandonio, porque nos enorgullece su resistencia “numantina”, tan española, ante un enemigo imperial abrumador. También las hay de los emperadores romanos que nacieron en “España”, Trajano, Adriano y Teodosio, porque nos enorgullece haber formado parte del más importante imperio del mundo antiguo y del legado que nos dejó. Y tenemos estatuas del Cid Campeador y de Almanzor. Tenemos estatuas de Moctezuma y de Atahualpa en el Palacio Real. Incluso tenemos estatuas de Bolivar y San Martín.
Atahualpa y Moctezuma en el Palacio Real de Madrid. Siglo XVIII |
Lo que pasa
en Hispano América es que, como esa independencia se logró mediante
guerras contra España, también sentían la necesidad de expresar de algún modo cierta
ruptura o rechazo hacia su herencia
española. La manera de lograrlo fue la de forzar la identificación de su origen
histórico como naciones con los pueblos y civilizaciones pre-hispanos. Muy
especialmente enfatizando la lucha con que habían resistido a los
conquistadores españoles. Así, las guerras independizadoras de Bolivar o San Martín
venían a presentarse como una continuación de la resistencia de los Cuauhtémoc,
Rumiñahui o Lautaro, sólo que, ahora, por fin victoriosa. (Aunque tal victoria final no fuese lograda
por indígenas originarios, precisamente.)
A lo largo
del XIX ya se levantaron las primeras estatuas a esos héroes indígenas, pero ha
sido con la aparición del “indigenismo” entendido como
ideología, sobre todo en las últimas cuatro o cinco décadas, cuando han
proliferado más y con un radical cambio en su planteamiento iconográfico.
Voy analizar
brevemente la evolución estética que se
ha ido produciendo en el modo de representar al indígena, y como se aprecia la
evolución del canon de referencia, pasando del sereno clasicismo
de anatomías greco romanas en el siglo XIX y mitad del XX, al frenesí
hiperventilado de anatomías anabolizadas, de puro tebeo de Conan, de hoy día. Curiosamente las representaciones del propio personaje de Conan, el Bárbaro, han
tenido una evolución muy parecida desde su aparición en las revistas de los
años 30 del siglo XX , a sus diferentes plasmaciones en los cómics desde los
años 70 a hoy día.
Hay algo de
lógico en el proceso. Conan se ha convertido en el arquetipo del bárbaro que
rechaza la “civilización” y lucha contra los que pretenden imponerla. (El indigenismo
rechaza todo lo que signifique eurocentrismo e incluso aboga por eliminarlo.)
Hay una tercera vía estética, que es la del “brutalismo” naif, el arte de reminiscencias supuestamente primitivas, que conectaría con lo que expone Gombrich en “La preferencia por lo primitivo”, pero ha sido menos frecuentada.
Aquí tenemos algunos ejemplos de lo que se hacía en el XIX en España. Responden a la estética clasicista de la época, que es la que impera hasta la primera mitad del XX. Poses solemnes, anatomías atléticas pero verosímiles, gestualidad serena, y si hace falta, movimiento y energía. Pero siempre se busca un conjunto armónicos y sin estridencias.
Izquierda Viriato, de Eduardo Varrón , 1903. Derecha , Indibil y Mandonio de Medardo Sanmartí, 1884 |
A esta tipología corresponden la mayoría de las estatuas de esa época en Hispano América, que evidencian la formación clásica-europea de los autores.
A la izquierda el Caupolicán de Nicanor Plaza, 1863, que evidencia su filiación estética más que clásica al verlo junto al David de Bernini de 1623. |
Cuauhtçemoc , Miguel Noreña , 1887 |
Guaicapuro, de Pérez Mújica , 1905 |
Tlahuicole, héroe tlaxcalteca (cosa rara) de Manuel Villar, 1851, junto al Laocoonte. |
Es el tipo al que se corresponden las primeras imágenes de Conan el bárbaro de las revistas pulp de los años treinta, que era representado como un tipo más atlético que culturista.
George Barr, para el relato de Conan "Red Nails" en los años ´30. |
Los menceyes
de Reyes Darias en el pueblo de Candelaria, Tenerife, se sustituyeron en 1993 por otras estatuas, de José Abad, mucho más heroicas, de
musculatura marcada, y gesto sereno, en las que ya se empieza a apreciar, aunque sin exagerar demasiado, muy contenido, el afán de reivindicar
la dignidad de los ancestros mediante la hipérbole anatómica.
Por seguir con Conan,
es el camino que ya inició
Barry Smith en sus últimas
historias de Conan
y que continuó Buscema, acentuando más ese aspecto.
Y llegamos a
la parte más divertida.
En los últimos
30 años o así se han levantado muchas estatuas a los héroes pre hispanos que
lucharon contra los conquistadores en las que el “buen gusto” clásico, la serenidad, la armonía…, todo ha sido sustituido
por el “camp” más gesticulante, desorejado y, lo que es peor, sin un átomo de
ironía. Resulta muy ilustrativo ver juntas las representaciones del mismo héroe con cien años de diferencia.
A la izquierda, el cacique Guaicapuro de Pérez Mújica de 1905. A la derecha el de Julio Cesar Briceño del siglo XXI. |
Si con el
Conan posterior a la era Thomas se fueron perdiendo los papeles, hasta hacerlo devenir
en un energúmeno absurdamente hipermusculado, siempre obcecado y con gesto de
cabreo permanente, eso mismo les ha pasado a los grandes héroes de los pueblos
originarios: ahora se los representa crispados
con gesto de ira o de odio, siempre violentos, con una anatomía disparatada,
en flagrante oposición a la que, con seguridad, pidieron tener los
homenajeados.
Una figura de Conan , y el monumento al cacique Tiuna, según Julio César Briceño. |
Busto de homenaje a Rumiñavi, y figura de Conan el Bárbaro. |
Se parecen cada vez más a esas figuras-estatuillas que hay de Conan. El paradigma estético ha cambiado y ahora son los personajes de ficción del entretenimiento “mainstream” los que determinan qué pinta debe tener un héroe histórico. La referencia son los videojuegos, los comics, el cine de superhéroes. Se acabaron los matices y la ponderación. El maniqueísmo más extremo y manierista se expresa en lo visual: los “buenos” tienen que ser más grandes y más fuertes, y su noble carácter se expresa en un rostro siempre adusto, severo, enfadado.
Es exactamente lo que hacen Ayroles y Guarnido en “El buscón en las indias”. La representación del jefe indígena “El Tigre” responde a estos nuevos clichés: es grande, muy musculoso, de gesto serio y cuando lucha es un guerrero violentísimo. Por otra parte sus hombres se representan siempre con dignidad, gente laboriosa y serena. En ese tebeo el derribo de las estatuas españolas consiste en representar a todos los españoles, sin excepción, como brutos torpes, corruptos, avariciosos, feos, mentirosos o retrasados mentales. El único español que parecía que se iba a salvar de esta imagen resulta ser una ficción inventada por el protagonista. Los héroes de la conquista son una mentira.
El jefe indígena llamado "el tigre", en "El Buscón en las indias". |
El héroe indígena y, a la derecha, los lamentables españoles. Realmente tuvo mucho mérito que semejantes ganapanes lograran conquistar esos reinos habitados por titanes enfurecidos. |
También
merecen una mención las estatuas a las mujeres de esos pueblos originarios que
se destacaron resistiendo a los conquistadores. Y aquí es muy triste ver cómo no
pueden evitar una mirada masculina y occidental que obliga a representar a
estas mujeres hipersexualizadas, resaltando su feminidad burdamente, con
estética de anuncio televisivo. O al puro estilo de Richard Corben.
Una mujer de Richard Corben a la izquierda , y la cacique Urimare, según Briceño. |
Representaciones de la reina Cura Ollco, esposa de Manco Inca que fue violada y torturada por los conquistadores españoles. Imagen del siglo XXI y un retrato de la época virreinal. |
Hay muchas más esculturas que van en esta línea y que, al parecer, entusiasman a los ciudadanos de estos países, que lo entienden como una recuperación de su "verdadera historia". La de después se ve que es falsa. Aquí tenéis algunas más.
Las fotografías de las estatuas las he sacado de
internet. He procurado poner los nombres de los autores pero no siempre he
podido encontrarlos.
El tema da para mucho más y tiene un montón de
derivadas posibles, pero no quiero meterme en demasiados charcos, así que lo
dejo aquí.
martes, 9 de agosto de 2022
OESTERHELD Y DEL CASTILLO RECICLANDO VIEJAS HISTORIAS Y ESTÉTICAS
Arturo |
Lo mejor es que Del Castillo parece que también tuvo en cuenta esos episodios de Breccia para dibujar este. Utiliza la mancha más que otras veces, los trajes de los presos son idénticos, y su habitual uso de las tramas manuales conecta con las tramas mecánicas que utilizó Breccia.
Alberto. |
Alberto y Arturo |
Arturo |
Alberto |
Alberto y Arturo |
Por otra parte el western era un género muy querido por HGO. El último guión para Mort Cinder, inconcluso y sin dibujar, que se incluye en la edición de Astiberri es una historia del oeste que podría ser, perfectamente, de Loco Sexton.
En fin, vean y comparen.
miércoles, 27 de julio de 2022
GUIÓN DE WILLIAM BLAKE; DIBUJOS DE JACK KIRBY
¿Quién, si yo
gritase, me oiría desde los coros
celestiales? Y si sucediera que de pronto
un ángel me estrechase contra su corazón, perecería
ante su
más poderosa existencia. Pues lo bello no es
más que el comienzo de lo terrible que aún
ahora soportamos
y admiramos tanto porque, impasible, desdeña
destruirnos. Todo ángel es terrible.
R. M. Rilke
Una de las cosas que siempre me llamó la atención de Jack Kirby es su obsesión por fabricar teogonías. No son otra cosa “El cuarto mundo” o “Los eternos” (al menos en sus planteamientos iniciales). Y narrar estas historias de creación del mundo a base de imágenes grandilocuentes y un lenguaje verbal de impostada solemnidad seudo-bíblica son las marcas de estilo que todos reconocemos.
Pero, ¿podría ser Kirby una versión pop y pagana de William Blake? Blake, durante toda su vida, estuvo componiendo libros en los que la imagen y el texto debían acompañarse inseparablemente. Y dedicó una parte muy importante de su obra más personal, casi al margen de su trabajo más comercial, a la creación de una personal teogonía en los “libros proféticos”: “Tiriel” (ca. 1789); El libro de Thel (ca. 1789) ; “libro de Urizen”(1794); “libro de Los”(1795); “libro de Ahania”( 1795); “Jerusalén: la emanación del gigante Albión” (1804-1820)….entre otros .
Una diferencia fundamental es que Kirby construyó sus
mundos siempre dentro y para una industria editorial. Blake creó estos libros
como una necesidad íntima (era un hombre profundamente religioso y, al parecer,
tenía visiones), desconectada de su
trabajo como grabador y dibujante.
No obstante, leyendo recientemente “El libro de Urizen”,
en que el la génesis del mundo es una historia de horror expresado con un lenguaje de resonancias bíblicas, no he podido evitar pensar que podría ser una
historia de Jack Kirby. Así que he cogido unas páginas de “los eternos” y “cuarto
mundo” y me he limitado a sustituir los textos originales por párrafos de W.
Blake, sin cambiarles una coma.
jueves, 31 de diciembre de 2020
DIBUJAR LO INVISIBLE: EL TIEMPO Y EL SONIDO EN LOS TEBEOS
Ahora que tanto se reflexiona sobre el lenguaje del Cómic, sobre la imagen secuencial, sobre que “narrar bien” es más importante que dibujar bien, vengo observando que nos olvidamos de algunas de las convenciones gráficas más genuinas de este leguaje, que le permiten dar imagen a lo que no se ve: el sonido y el tiempo.
Me refiero a las onomatopeyas y a las líneas cinéticas.
Son dos recursos que, curiosamente, han generado siempre cierta desconfianza entre los autores. Muchos de los grandes clásicos parecían sentir ciertas reticencias ante ellos. Casi más ante las onomatopeyas. Foster, evidentemente, no las usaba, y las líneas cinéticas, lo justo. Como Raymond, incluso en Rip Kirby.
Como Caniff.
Parece que cuanto más naturalista es el tipo de dibujo, o más adulto su propósito, menos apropiado es utilizar estos recursos... ¿infantilizantes?
Los autores de “novela gráfica” tampoco parecen muy convencidos de que su uso sea conveniente. Los usan con mucha timidez, con renuencia. Paco Roca, por ejemplo, en “los Surcos del azar”, no dibuja el sonido de los disparos, se limita a escribirlo. (Como también, básicamente, hacía Hergé.)
No parecen estar muy convencidos de que el texto TAMBIÉN es imagen. Cosa que Vázquez o Wally Wood entienden perfectamente.
El texto es imagen , y como imagen se puede dibujar. En el cómic, las onomatopeyas no se escriben , se dibujan. Y la manera de dibujarlas adjetiva el sonido representado, le añade significados.
Una línea cinética representa la trayectoria de un cuerpo en movimiento. Por tanto en una sola imagen está condensando el tiempo que ha transcurrido durante ese movimiento. Es la representación sintética de una secuencia de momentos. Jacovitti lo borda. Puro futurismo.
Y se les puede poner su sonido correspondiente. Termino con esta genialidad de Ibáñez en "Valor, y al toro", que demuestra la profunda comprensión que tenía, aunque quizá intuitiva, de lo que son los recursos del tebeo.